El titán que se compadeció | Prometeo y el secreto del fuego

¿Alguna vez escucharon hablar de Prometeo? A mí es una historia que siempre me conmueve (más adelante les cuento la razón), así que no pude evitar pedirme este librito en Océano, Prometeo y el secreto del fuego, con texto de Bernardo Souvirón.

Título: Prometeo y el secreto del fuego

Texto: Bernardo Souvirón

Saga: -

Editorial: Gredos (editorial Océano)

Número de páginas: 120

Precio: $595

Edición: Tapa dura

Sinopsis: Prometeo es un titán que, gracias a su proverbial astucia, ha engañado a los dioses más de una vez. Y de entre todas sus hazañas, la más memorable es la del robo del fuego del Olimpo para regalárselo a los mortales, a pesar de arriesgarse con ello a un castigo terrible.

Considerado en la Antigïedad el padre y protector de los hombres, Prometeo establece un estrecho vínculo entre el mundo divino y el humano. Su riqueza como creador y transmisor de conocimiento lo convierten en una figura determinante de la cultura occidental.

En esta versión novelada de un mito cláscio, nos encontramos a Prometeo, un titán, hijo de Jápeto y de Clímene. La genealogía del titán difiere de un autor a otro, Esquilo por ejemplo lo planteaba como hijo de Gea, pero me voy a centrar en la que se retrata en este libro.

La mitología griega siempre me gustó, desde chiquita. No solo me gusta, sino que me despierta muchísima curiosidad. He podido leer a muchos griegos y siempre me maravillo de sus cuentos y relatos.

En esta ocasión, con Prometeo y el secreto del fuego, la editorial Gredos hace un trabajo precioso novelando el mito de Prometeo, el padre y protector de los hombres.

"Prometeo, el previsor, y Epimeteo, su torpe hermano, fueron premiados con un lugar en el nuevo mundo. Durante mucho tiempo, los dos anduvieron libres, exentos de toda responsabilidad en la construcción del futuro de la nueva tierra".

Prometeo es un titán que en la guerra entre titanes y dioses se puso del lado de estos últimos y, por esto, Zeus lo trata de forma diferente y respetuosa.

Siempre me conmovió este mito. ¿Por qué? Porque Prometeo no le debía nada a los hombres y, sin embargo, se sacrifica por ellos. Él ve que los humanos necesitaban el fuego para vivir, para cocinar, para poder defenderse y sobrevivir y es así como arma un ardid para que Zeus les conceda este "regalo" a los hombres: realiza un sacrificio de un buey y dividió al animal en dos partes: en una puso la piel junto a la carne, camuflándola entre las vísceras y el vientre del buey. En otra pila puso los huesos, pero los ocultó bajo una capa de grasa que parecía apetecible. Cuando dejó eligir a Zeus qué parte comerían los dioses y este eligió la segunda capa, se enojó tanto con Prometeo por el engaño que les arrebató y prohibió a los hombres el fuego.

"El goce de su propia libertad y el bienestar que le producía desplazarse, moverse sin restricción alguna, lo llevaron hacia lugares desconocidos; en torno al camino, los árboles blanqueaban, acariciados por la luz de la luna".

Es por esto que, una vez, Prometeo se compadece y roba el fuego del Olimpo, trayendo con esto, su propia condena. Pero antes, también se aseguró de que la humanidad pudiera continuar, haciendo que el mismísimo Zeus, engañado una vez más, creara una mujer. Con estos los hombres se aseguraban la continuidad de la especie.

El castigo siempre me pareció demasiado cruel. A modo de condena, Zeus ordena que Prometeo sea encadenado a un gran monte, el Caúcaso, mirando el cielo, boca arriba. Así, totalmente expuesto, un aguila vendría día tras día a comer sus vísceras que se regenerarían todas las noches. No me digan que no es un castigo cruel, una verdadera tortura.

Este libro es un excelente trabajo de documentación y está novelado de forma magnífica. Está dividido en capítulos breves, además como anexo tiene la genealogía griega y al final una especie de recapitulación de todo el mito más un perfil psicológico del titán. Yo sigo pensando que más allá de esa rebeldía, tiene una gran compasión, un amor infinito por los hombres.

Como plus, no sé si saben, pero Frankenstein de Mary Shelley también se llama El moderno Prometeo, y si lo leen después de haber leído este libro, a Esquilo o conocer el mito de Prometeo, van a entender bien la razón del título.

Bernardo Souvirón Guijo nació en Córdoba, España, en 1953.

Ha sido profesor de lengua y cultura clásicas de larga trayectoria tanto en universidades como en institutos. Enamorado del mundo grecorromano, ha publicado numerosos artículos sobre el tema en medios escritos y también ha trabajado en Radio Nacional de España. Entre sus obras divulgativas de la cultura clásica, cabe mencionar Hijos de Homero: un viaje personal por el alba de Occidente y El rayo y la espada: una nueva mirada sobre los mitos griegos.